miércoles, 20 de febrero de 2008

El octavo arte

Dicen que el cine es el séptimo arte, bien yo no conozco muy bién la numeración de los artes ni si la comida está en el ranking o se queda fuera. Pero por si acaso, me atrevo a aventurar que la comida es el octavo arte. Y yo, como buena asturiana, soy “fartona” por naturaleza y disfruto deleitandome con el festival de sabores que una buena comida deja en mi paladar.
Por esto mismo, he decidido dedicar un pequeño espacio en mi blog para hablar de restaurantes y sobretodo del arte del buen yantar.

Podría empezar por mil sitios o tipos diferentes de comida, podría agruparlos por el tipo de cocina, por la zona o incluso por el precio. Pero voy a hacer una clasificación, quizás un poco extraña, pero a mi manera de ver, muy útil a la hora de escoger un buen sitio para comer.
Mi primer destino será Madrid, y a continuación hablaré de algunos de los últimos restaurantes en los que he estado y me han gustado por su relación calidad – precio.
Para empezar, me gustaría hablar de una cadena de restaurantes, con locales en Barcelona y Madrid. Que además, tienen carta distinta para cada uno de sus locales, así como distinta decoración. El único problema que tiene esta cadena es que no hacen reservas y suelen estar bastante llenos.
El primero será “el Bazaar” (calle Libertad 21), es quizás el que más comida oriental incluye en su carta. Es un local de dos pisos en la zona de Chueca. También está “La Gloria de Montera” (calle Caballero de Gracia), un local mucho más moderno que el anterior. Lo único que tengo que echar en cara a este restaurante es que el milhojas de solomillo y foie está hecho con paté. Aunque la fideuá está bastante buena y el postre es de lo mejor: coulant de chocolate sobre chocolates blanco y negro, una delicia. Recomendación: mejor no tomar el vino de la casa, es un cosechero con demasiada acidez para mi gusto, aunque es barato. De esta cadena también he probado “La finca de Susana” (calle Arlabán 4, al lado del metro de Sevilla). Al igual que los anteriores, es un restaurante que auna los sabores meditarráneos con la cocina oriental. Tiene un comedor bastante grande y preparan muy bien los pescados, sobretodo recomiendo la dorada a la sal. Aunque el pescado es de piscifactoría, está muy fresco. Por último, completa la cadena el restaurante “Public” (calle Desengaño 11, cerca de la plaza del Callao). Este último no lo he probado, así que no lo puedo valorar. Pero estoy segura que cuando vaya me va a gustar.
A parte de la decoración, que está muy bien cuidada, y de su pintoresco servicio, la comida es excelente, con mucha variedad y productos muy frescos.
De esta cadena hay que destacar que el precio es de lo más aceptable: de 15 a 20 euros persona, con vino. Y no me gustaría terminar sin mentar la amplia carta de vinos con precios bastante asequibles.

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